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sábado, 23 de mayo de 2015


San Ignacio de Moxos, Beni-Bolivia


San Ignacio no era allí, era aca (cerca de la comunidad), en Pueblo Viejo, achasiawasari, resulta que allá era el pueblo, hay un rio que le dicen pebeyune, y ahí había una fiera, fiera como esa, grande víbora, era San Ignacio ahí, resulta que había una fiera, resulta que iba la gente a lavar y no volvía, se lo comía la fiera, y se iba hiendo la gente, ya… hasta incluso salía la fiera ya, salía, con su cabeza gigante ya, no lo podían matarlo, comía y otra vez se iban, cada vez eran menos, abría la boca y entero dice que, abría la boca y entero se lo sorbía, ellos ya se angustiában ¿nove?, se los comía entero, y de ahí ya se acobardaron la gente, unos cuantingos ya no mas se quedaron en la parcela y de ahí, acomodaos ya antes que se los coman a todos, habían cuantingos no querían salir, y no querían irse se querían quedar, como nos vamos a ir, no podemos aguantar eso se agarro su machete, el hombre, su hacha y se decidió que se lo coma la fiera, y ella llorando, y el hombre se fue con todo se salió, y el tranquilo, se lo comió, y por adentro corto todo, empezó a cortar, lo corto todo, dicen yapereji, le dicen, se salió afuera, primero ya no mas corto la costilla, una ventana para que respire él corto, asi como una ventana, para que respire él, y lo corto por dentro y ahí murió, ahí quedaron los restos, los antiguos lo sacaron todingo para sus casas, lo sacaron, salió el hombre, salió dice de la barriga, salió dice, así pelaoo, porque el fuego de adentro, sus pelos se cayeron, y su mujer llorando: ya se lo comió la fiera, ya no va a volver mi marido… y cuando entro en pelotas, seguía dice con su acha y su machete, pelao, feo, sin cejas, mierda es un monstruo, y será el diablo?, y era su marido, no lo reconoció, lo desconoció al marido, y ya vuelta se alegraron dice cuando lo reconocieron, y él lo mato; y el hombre fundo la comunidad en el dialecto le dicen achasiawasari, y ya ahorita están otra vez de ida, esa comunidad, a pero según dicen esta su hijo de la fiera, esta creciendo ya”1
de nuestro pueblo cuando, sabemos bien que año, pero lo que se sabe es que nuestro pueblo era en achasiawasari, no sabemos en que año fue, ahí cuando la gente se organizo, ahí era san Ignacio y de ahí, salió una fiera que le llamaban mamahuaru, una víbora que nunca lo vimos, y se iba perdiendo la gente, y ahí se iban entrando a esa fiera, la fiera le iba tragando, la iba tragando, vivian allí, pero no se sabe que año, y la gente ya se comenzó a venir, la fiera se murió hubieron dos personas que se pusieron los pantalones y se hicieron tragar dentro de la fiera, entonces la fiera pues murió, y entonces a quedado un nombre, como se llama, yapereji, ahí fue donde se murió la fiera, de la propia lengua de nosotros antigua, yape, huesos, ya ellos le pusieron yapereji porque era arto la huesería, y quedo con yapereji”2


1 Paulina Wayacuma Chapi 13 de febrero de 2011. Grabación.

2 Mariano Matareco Cartagena. 8 de febrero de 2011. Grabación.
LOS DUEÑOS DE LA NATURALEZA
Comunidad Mapajo la Rampla
del pueblo indígena Movima
Andrea Pinto
2012



La comunidad de Mapajo la Rampla está ubicada en el departamento del Beni-Bolivia, en el municipio de Santa Ana de Yacuma, a 20 km del municipio, el transporte que puede llevarte es moto (35 minutos) pasando por la carretera que lleva a Trinidad casi llegando al río Mamoré.

La comunidad Mapajo la Rampla habitan 22 familias indigenas Movima, aproximadamente 150 personas, distribuidas por el río Mamoré, el idioma que conservan es el movima, el cual promueven enseñándolo en Santa Ana de Yacuma, la mayoría de los pobladores son trilingües, hablan movima, castellano y portugués (por la cercanía al Brasil). 

La organización familiar nuclear es libre puede ser patrilocal, matrilocal y neolocal. los roles de la mujer y varón están bien definidos, la mujer se hace cargo de los trabajos domésticos (cocinar, lavar ropa, del cuidado de los bebes pequeños), los hijos mayores ayudan al cuidado de los menores, y a la vez encargados de espantar aves o monos que dañan el chaco. El varón se hace cargo de la caza, y junto a la mujer del chaco, de las artesanías y la construcción de la vivienda. Las viviendas son hechas del material de la zona, sus techos son de motacú, y las paredes de caña hueca, con maderas de los árboles del lugar. la electricidad la reciben de un panel solar que tiene la escuela.

Las actividades económicas son: la artesanía, la agricultura, la caza, la pesca y la recolección, la mayoría es para el autoconsumo. Como actividades económicas complementarias está la construcción para comercializar el chive, los jóvenes se vuelven ayudantes de ganaderos, también se van a Santa Ana de Yacuma para estudiar, trabajan de cocineras, de servicio de limpieza, etc. La artesanía es parte de su producción cotidiana, importante para almacenar productos, para las canoas, para asientos, y generan un espacio compartido de varias generaciones.


Los chacos de cultivo son cercanos a sus viviendas,donde siembran arroz, yuca, gualuza, plátanozanahoria. Utilizan lagunas para agua potable y para pescar. Los lugares comunes e importantes de la comunidad son la escuela, la sede de la comuna, una cancha, la casa depósito y la procesadora de chive. 

La zona ecológica es catalogada como sabana inundable, llena de vegetación y monte, caracterizada por tener dos épocas marcadas: la seca y la de lluvia, los matices de verdes son muy variados y el sol calienta fuerte. La época de lluvia provoca grandes inundaciones en la zona, el caudal aumenta considerablemente, es así que en época seca se puede pasar el río a pie, en época de lluvia se necesita una embarcación que dura de 15 a 20 minutos pasar de orilla a orilla.

En época de lluvia (diciembre-mayo aproximadamente) para protección de los productos recolectados construyen los orcones, que son palos en horizontal con chapapa* que es una planicie de madera enganchada en los orcones. para proteger a su vivienda la elevan con tablas, sin embargo como el medio es monte, en época de lluvia tienen el peligro de que viboras, rayas y alacranes estén cerca de la vivienda, por lo que la mayoría de la comunidad se traslada al centro urbano más cercano que es Santa Ana de Yacuma.

En época seca la comunidad tiene mayores oportunidades y se queda en el lugar de su vivienda, cultivan y tienen, en su mayoría un sistema de riego con bimbos (botellas), sin embargo esperan a que llueva para el riego. 

El sistema organizativo de la comunidad es: a nivel nacional la CIDOB (Central Indígena Del Oriente Boliviano), sede en Santa Cruz; a nivel departamental la CPIB (Central de Pueblos Indígenas del Beni) que se encuentra en Trinidad, las Subcentrales que son regionales, y las Beneficiales que son de las comunidades. A nivel municipal con 27 comunidades afiliadas.: Subcentral de Pueblos Indígenas Movima, la Subcentral de Varones Indígenas Movima, Subcentral de Mujeres Indígenas Movima, el Consejo de Ancianos Hablantes y el Cabildo Indigenal. 

Las asambleas regionales se realizan cada cuatro años, donde todos los corregidores de las comunidades afiliadas se reúnen para discutir proyectos, lucha por tierra y territorio, saneamiento, problemas de cualquier índole y propuestas que surjan de cada comunidad. En cada comunidad se reúnen cada sábado con la instancia del Cabildo, los dirigentes que participan guiando la misma son: Corregidor, Secretario de actas, Secretario de organización, Secretario de hacienda o tesorero, Secretario de salud, Secretario de deporte, Secretario de tierra y territorio y dos vocales, el cargo dura dos años, y es rotativo, todos los miembros de la comunidad tienen que ser dirigentes.

El pueblo indígena Movima es guerrero y autogestionado, sus pobladores han luchado para tener las tierras donde viven, sin embargo en la actualidad los ganaderos y terratenientes quieren y se adueñan de sus tierras por estar en altura, los ganaderos para que el ganado pueda comer los pastos, y no sean inundadas sus tierras, los terratenientes porque esas son mejores tierras que no están en la bajura.

La Tierra por la que luchan es comunitaria para que no pueda venderse individualmente, es por ésta razón que se identifican con un pueblo indígena y no como campesinos originarios, los cuales venden y compran la tierra individualmente, se luchó por conformar la TCO MOVIMA 2 con una marcha y con la organización de todas las comunidades Movima de la región.

Los Movima tienen un manejo controlado de sus recursos naturales, no explotan hasta acabar sus recursos, tienen mucho respeto por el ciclo de procreación de los pescados, lagartos y animales del monte. lo que venden a Santa Ana de Yacuma son el excedente de sus chacras, a la vez existen encargos como pedidos de canoas y de artesanías que realizan para vender; tienen un proyecto llamado "el proyecto lagarto", donde venden la piel del lagarto, tomando en cuenta el manejo responsable que consiste en dejar a la mitad de la población y a las hembras.

Es muy importante para los Movima conectarse con los dueños de la naturaleza, pedirle permiso, sin entrar a un lado romántico, es uno de los pueblos que ha conservado los nombres de los dueños de la naturaleza en su idioma natal, y no ha perdido la costumbre de pedirles permiso. el dueño del agua se llama Tomima, el dueño de la pampa Bolau, y el dueño de los animales de monte y de los árboles: Caichor. 

Los miembros de la comunidad hablan y se comunican con los dueños para que les ayuden a encontrar a los bichos (animales), para pedir permiso y no pueden cazar más de lo que necesitan si no genera la ira del dueño y el castigo es enfermedad o perder sus herramientas. Las formas de pedir son hablarle, dejarle una ofrenda de chive y esperar a que se lo tome. Las enfermedades generalmente se las asocia con el dolor en el cuerpo y los brazos que curan con tabaco los llamados sobadores y curanderos (también son los que curan del desombrado y el mal viento). 




*términos utilizados por los pobladores de la comunidad Mapajo la Rampla

miércoles, 13 de mayo de 2015

TEMA

El mirador J’acha Apacheta (La Paz-Bolivia), un lugar sagrado, la fiesta de la Cruz del Sur.

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación describirá el ritual de la fiesta de la “Cruz del Sur”, realizada en el mirados J’acha Apacheta en Alto Munaypata ubicado en la ciudad de La Paz. El objetivo de la fiesta es llevar una ofrenda a la constelación del Sur y cumplir con el cerro al que durante todo el año se acude a pedir protección y favores, por lo que será un objeto transicional, “una creación psíquica (también de la realidad material) que se materializa por un tiempo cumpliendo una función esencial, nada menos que la de aliviar la angustia”1.
Una parte importante del ritual es lo simbólico, ya que el símbolo es una pequeña unidad del ritual, la condensación de lo ideológico y lo sensitivo. Lo ideológico relacionado con lo racional, conocido, la parte manifiesta, y lo sensitivo que es lo inconsciente y desconocido, lo latente.


MARCO TEÓRICO.

Las apachetas son un símbolo de protección, un protector cultural, entendido éste como un objeto transicional que irrumpe en el recuerdo que los individuos tienen de la madre, hacia las apachetas tendrán un vínculo afectivo positivo, el cual será significativo para la identidad y la generación de lo simbólico.

Para los herederos de la tradición andina, las apachetas son los lugares sagrados, siempre situados a gran altura, que resguardan a la ciudad.
La Fiesta de la Cruz es la fiesta de las apachetas”, afirma el yatiri Antonio Ramírez, quien explica que los originarios rinden un homenaje a la apacheta más cercana de su lugar de nacimiento, el cual es su espacio tutelar y el de sus ancestros2, donde también se celebra a la Pachamama.

El ritual que se hace en la fiesta de la cruz, con los pasos descritos por Turner: tiene una ruptura de la cotidianidad, un marco de espacio-temporal definido, un escenario programado que se repite periódicamente en un tiempo cíclico, que tiene una configuración simbólica, ya que el ritual "consiste principalmente en una serie de medios por los cuales las personas acceden a despertar, canalizar y domesticar emociones fuertes como el miedo, el odio, la ternura y la pena".3 El símbolo será entendido con su polarización de sentido, una condensación de lo ideológico y lo sensorial, el ideológico que guía y controla, un componente de orden moral y social; el sensorial es el polo que integra sentimientos y deseos.


DESARROLLO.

En las crónicas de Felipe Huamán Poma de Ayala (pag, 236) se explica, lo que los conquistadores llamaron "el vicio de apachita", "Mandó Topa Inga Yupanqui que los yndios de tierra caliente o los yndios de la cierra fuesen a lo callente, llegasen al apachita [adoratrorio]. En ello adorasen al Pacha Camac [creador del universo] y por señal amontonasen piedra; cada qual llevase una piedra y lo echasen en ella y por señal dexasen flores o paxa torcido a lo esquierdo. Hasta oy lo hazen los yndios deste rreyno este vicio de apachita”

Actualmente las apachetas andinas han sido reemplazadas por la cruz católica, debido quizás una orden del Concilio Provincial de Lima en 1567 citado por el historiador Alberto Regal "que los adoratorios de los caminos que los indios llaman apachitas, procuren los sacerdotes en cada uno de sus distritos, quitarlas y deshacerlas del todo, y en esto se les pone precepto, y si les parece cosa decente pongan una cruz en su lugar”.

Christian Vitry en su artículo "La Apacheta", detalla el ritual del homenaje a la Pachamama. “Al llegar don Tomás al abra pacientemente se bajó de su mula, sacó de las alforjas una piedra blanca recogida en el camino, una botella de ginebra y un paquete de cigarrillos, mientras masticaba el acullico de coca como queriéndole extraer todo el zumo a las hojas. Se dirigió hacia la apacheta, se arrodilló con un sublime respeto y depositó la piedra en ella. El silencio se adueñó del paisaje y hasta el viento cesó como respetando la ancestral ceremonia del anciano. Tomás abrió la botella de vidrio verde y roció la bebida alcohólica sobre el montículo de piedras, echó un sorbo y la dejó al costado; escupió el acullico de coca sobre la apacheta y encendió un cigarrillo mientras en sus labios se dibujaba la palabra pachamama. Luego de unas pitadas, corrió una roca de la base de la apacheta y sobre el arenoso terreno introdujo el cigarrillo encendido con el filtro enterrado, como queriéndole dar de fumar a la tierra. Sacó de su bolsillo un puñado de hojas de coca, seleccionó dos o tres y tomándolas con las dos manos, mientras rezaba en voz baja una oración, estiró los brazos dirigió las hojas y su mirada hacia el cielo primero y luego hacia la apacheta, repitiendo esta acción rápidamente unas tres veces, finalmente depositó las hojas entre las blanquecinas rocas del pétreo altar. El cigarrillo se había consumido. El anciano se incorporó, recogió la botella y la introdujo en la alforja, ciñó la montura de su animal aprestándola para el descenso, montó la mula y rompiendo el silencio dijo ¡sigamos!. El viento, cual cómplice del rictus empezó a soplar y el atardecer dibujaba largas sombras en el quebrado paisaje. Todo parecía estar preparado para este diálogo telúrico entre el anciano y la madre tierra, cuyo interlocutor parecía ser la apacheta”4.

Según Milton Eyzaguirre, antropólogo del Museo de Etnografía y Folklore (Musef), aparentemente el origen de las apachetas se remonta a Tiwanaku. Las crónicas escritas desde 1570, principalmente por soldados y sacerdotes españoles, cuentan que antes de viajar los indígenas alzaban una piedra y caminaban con ella hasta llegar a un lugar alto donde estaban estas apachetas o apachitas, como las denominaban. “La piedra contribuía con otras al crecimiento de una especie de torre. Los viajeros también acullicaban la coca y dejaban algún tipo de ofrenda, fundamentalmente con el objetivo de que les vaya bien en la travesía, incluso botaban una ojota a la apacheta”, sostiene Eyzaguirre.
Según el yatiri Ramírez, en la actual celebración de la Fiesta de la Cruz se confunden la cruz de Jesucristo y la Cruz del Sur5.

Trabajo de campo:
Los participantes de la fiesta, eran de toda edad, de la cuidad de La Paz y de el Alto, señoras con pollera y vestido. Además había un grupo de cuatro personas que eran extranjeras.
Los yatiris o Amautas, son personas de sexo femenino y masculino que hacen el ritual, lo guían, son conocedoras de cómo tiene que hacerse el rito. Son sabios encargados de arman la mesa y la ofrendan a las deidades del lugar. Se han encargado de producir, mantener, desarrollar y transmitir, los valores culturales ancestrales que constituyen una visión armónica del Mundo y un cuerpo de conocimientos de lógica original. Éstos llevan poncho y chuspa, donde está la coca. En el caso del ritual que se presenció era una pareja y un Amauta que llego de Copacabana, y una pareja se encargó de armar la mesa.
Otro tipo de persona que estuvo presente fue una vendedora, pero estaba fuera del mirador, a lado de la puerta de entrada. Vendía te con té y buñuelos.
El mirador esta distribuido “sagradamente”.
El altar de Coricancha, fue copiado de Cuzco. Es un muro hecho de ladrillo, pintado de azul, y con todos los detalles del Altar original. El Altar de Coricancha es la “proyección de una escena cosmográfica cuatridimensional sobre un plano bidimensional, cuyo levantamiento por geometría descriptiva ayuda a entender la organización de los Cuatro Suyus”6.
Existe un sapo hecho de cemento, esta al frente del altar, y tiene en su espalda una especie de cruz cuadrada. Lo que pude averiguar representa la vida, un ciclo no muere, “en la época de lluvia se esconde para luego volver a salir, hay un ciclo”. La mesa donde se hizo la ofrenda, hecha de cemento y en los lados hay dos piedras, “hembra y macho tiene que ser siempre”.
Existe una puerta y tres cuadrados, donde el sol pasa por la puerta y refleja en los cuadrados los equinoccios del 21 de marzo, 21 de junio y 21 de diciembre.
Detrás de la cruz, de la Chakana, existe dos resbaladores, los cuales cuando los niños van a resbalar se “llenan de energía del cosmos, esta hecho para eso”

Descripción de la fiesta:
Al principio de la fiesta para poder entrar al lugar el yatiri nos dijo que “antiguamente para entrar a cualquier templo o apacheta se sahumeaba a la gente, no entraban como llamas (...) este es un evento cósmico no solamente de La Paz” por lo que primero teníamos que sahumarnos para también dejar lo malo afuera, ofreciendo incienso copal, ponernos en parejas, chachawarmi, y entrar.
Al entrar, muchas personas challaron el lugar con alcohol, estaban “challando todos los hechos de la naturaleza”, todos los dibujos del altar de Coricancha, al sapo, a la cruz, la Chacana, a los solisticios, al altar, a las piedras que están a los costados del altar, y a la piedra que esta frente a la Chakana. Al sapo le ponían coca en la cabeza y en la boca, y al lado un bastón, negro y blanco. Teníamos que invitarnos cuatro hojas de coca, para el ajayu, para sacar todo lo malo y limpiarnos.
Luego el yatiri que dirigió toda la ceremonia y su esposa empezaron armando la mesa mientras él decía: “soy un yatiri, soy un cargador que cargos las penas, las amarguras de mi pueblo, y le entrego a mi ancestro para que ordene, acomode y equilibre eso nomás soy, no soy un amauta grandioso, si lo fuera no estuviera aquí, estaría en las montañas”. Luego señaló a la cruz, a la constelación de la Cruz del Sur, y explicó que la punta de la cruz que está señalando al norte es la Salamanca, que es un maíz, la chicha; y la punta que está hacia abajo es la Cocamanta, lo femenino, “coca es el ajayu”, y pedimos a estos dos espíritus grandes. “Tratar de acomodar, de hacer lo que nuestros abuelos hacían, por eso es el toqueta, el aymara antiguo, mucho antes que los tiwanacotas, el amuta, por eso el toqueta es el estar aquí, entrar aquí para renovarnos”. El altar va a mostrar el equilibrio, nuestro sentido la chakana y nuestro ajayu la coca”. Luego arma él con su esposa la mesa, con papeles con iconografía, y todos nos pusimos en fila para poner incienso en cada cajita. Después la mesa se traslada a la mesa de la ofrenda que esta frente al altar, éste es preparado con varias maderas para que se haga una fogata, le pone alcohol y prende fuego, luego prendido el fuego pone frutas, y explica “el universo, la Chakana nos abre el camino de la sabiduría, al conocimiento, los amautas, chachawarmis, los yatiris, todos los hombres que estamos aquí presentes fusionemos y recibamos esta fuerza de la Chakana, recibimos toda la energía del cosmos, del universo y así nosotros al universo y a la Chakana le entregamos esta ofrenda, esta waqta, esta llojta, a nuestros awichos, a nuestros Achachilas, Apus, Mallkus, a todas las deidades desde la Patagonia hasta Alaska, para que se despierten nuevamente nuestros abuelos”.
El yatiri que vino de Copacabana, recibía el humo en sus manos y lo dispersaba por todos lados.
Nos hicieron recibir la fuerza y la energía que daba la Cruz del Sur, y luego nos dimos de la mano en forma distintiva, pues la mano izquierda tenía que estar encima de la derecha, “el dar y recibir”.
Al final de la ofrenda se hizo el aphtapi, donde todos trajeron diferentes comidas, se comió y luego se tocaron sikus y se bailo.


RESULTADOS.

La fiesta de la Cruz del Sur un acto ritual importante, una acción que no se realiza regularmente en la vida cotidiana de la gente, si no que tiene un momento específico de desarrollo, el tres de Mayo, una ceremonia a la constelación de la Cruz del Sur, la cual “es un ente y un concepto astronómico ligado a la problemática del control de las estaciones. Su forma de cruz es puramente casual y la longitud de sus brazos menor y mayor, están en la misma relación que el lado de un cuadrado y su diagonal. Esta constelación, que con su eje mayor señala al polo sur, es rectora del hemisferio austral, al igual como sucede con la estrella polar del hemisferio boreal (norte)”7, además de suministrar la proporción sagrada, la raíz cuadrada de 2 .
Habrá una connotación social, por la condensación que se tiene de lo ideológico y lo sensitivo de lo simbólico en el ritual.
Lo ideológico:
Al entrar a la apacheta nos tuvimos que sahumear para dejar lo malo afuera, con incienso copal, ponernos de parejas, como individuo, luego se challaron todo lo que estaba alrededor de todos. Al altar de Coricancha, al sapo, a la cruz, la Chacana, a los solisticios, al altar, a las piedras que están a los costados del altar, y a la piedra que esta frente a la Chakana.
Al sapo le ponían coca en la cabeza y en la boca, para que les pueda dar vida.
Luego el hecho de pijchar las hojas de coca, era para sacar todo lo malo que teníamos dentro, para el ajayu, para limpiarlo.
El armar la mesa para ofrecer a las deidades, a los Achachilas, Apus, junto con la chakana, se recibe toda la energía del cosmos, para que ordenen, equilibren, y para que nos podamos renovar.
El yatiri que vino de Copacabana, recibía el humo en sus manos y lo dispersaba por todos lados.
Lo sensitivo:
Va a ser el sentimiento de indefensión, el no sentir miedo. Sentir calma y satisfacción.

ANEXOS.


ALTAR DE CORICANCHA:




















BIBLIOGRAFÍA Y CONSULTAS:

Milla Villena, Carlos. “Génesis de la cultura Andina”, Editorial Amautica, Chinchasuyu, año 500 del Quinto Sol. Lima-manta, capital de la colonia, 1992.

En el Camino de la Simbolización. Producción del sujeto psíquico. Myrta Casas de Pereda. Paidos, 1999.

TURNER, Víctor. La Selva de los Símbolos. Siglo XXI. Madrid, 1980

http://Manuel_Contreras_Gallego.html+simbolico+simbolo+geertz+turner&hl=es&lr=lang_es


1 En el Camino de la Simbolización. Producción del sujeto psíquico. Myrta Casas de Pereda. Paidos, 1999.
2 La prensa, 2 de Mayo 2004
3 TURNER, Víctor. La Selva de los Símbolos. Siglo XXI. Madrid, 1980.
4 Revista ser indígena, Julio 2003
5 La prensa, edición 2 de Mayo del 2004.
6 Milla Villena, Carlos. “Génesis de la cultura Andina”, Editorial Amautica, Chinchasuyu, año 500 del Quinto Sol. Lima-manta, capital de la colonia, 1992.

7 Milla Villena, Carlos. “Génesis de la cultura Andina”, Editorial Amautica, Chinchasuyu, año 500 del Quinto Sol. Lima-manta, capital de la colonia, 1992.